CONVIVENCIA Y ÉXITO
COACHING
COACHING EDUCATIVO
El modelo de coaching educativo que proponemos en este libro aporta un enfoque diferente e innovador, centrado en las emociones, que presta especial atención a cómo es el vínculo que se establece entre el docente y sus alumnos. Partiendo de la idea de que entre los diferentes roles que el docente desempeña en el aula hay un o que ha sido hasta ahora poco explorado: su rol de líder que dirige al grupo de clase, y que abarca dos importantes funciones. Por un lado, generar una estructura que favorezca el aprendizaje; por otro lado, facilitar los procesos emocionales y grupales que lo posibiliten. Sabemos que los grupos, para ser eficaces, requieren de líderes que sepan colocar a todos sus miembros en un rol activo para cooperar, delegando en ellos funciones y dejándoles asumir protagonismo. Si permitimos a los estudiantes asumir este rol más activo en su educación les estaremos ayudando a establecer un aprendizaje para toda la vida, poniendo las condiciones para que aprendan a pensar por sí mismos, a discrepar, a diferenciarse del grupo a la vez que a tolerar y respetar a los otros. Enseñándoles a desarrollar liderazgo, a asumir un rol más activo en los grupos y a buscar soluciones ingeniosas a los desafíos. Para introducir este cambio es preciso primero que los profesores sientan la necesidad de revisar y trabajar su propia inteligencia emocional, su empatía, su capacidad de escucha, su autoconocimiento, su habilidad para conocer a los demás y sus propias posibilidades de liderazgo.
El modelo de coaching educativo que proponemos en este libro aporta un enfoque diferente e innovador, centrado en las emociones, que presta especial atención a cómo es el vínculo que se establece entre el docente y sus alumnos. Partiendo de la idea de que entre los diferentes roles que el docente desempeña en el aula hay un o que ha sido hasta ahora poco explorado: su rol de líder que dirige al grupo de clase, y que abarca dos importantes funciones. Por un lado, generar una estructura que favorezca el aprendizaje; por otro lado, facilitar los procesos emocionales y grupales que lo posibiliten. Sabemos que los grupos, para ser eficaces, requieren de líderes que sepan colocar a todos sus miembros en un rol activo para cooperar, delegando en ellos funciones y dejándoles asumir protagonismo. Si permitimos a los estudiantes asumir este rol más activo en su educación les estaremos ayudando a establecer un aprendizaje para toda la vida, poniendo las condiciones para que aprendan a pensar por sí mismos, a discrepar, a diferenciarse del grupo a la vez que a tolerar y respetar a los otros. Enseñándoles a desarrollar liderazgo, a asumir un rol más activo en los grupos y a buscar soluciones ingeniosas a los desafíos. Para introducir este cambio es preciso primero que los profesores sientan la necesidad de revisar y trabajar su propia inteligencia emocional, su empatía, su capacidad de escucha, su autoconocimiento, su habilidad para conocer a los demás y sus propias posibilidades de liderazgo.
CONVIVENCIA ESCOLAR
Un clima escolar positivo y una
convivencia pacífica son indispensables para generar en los centros
procesos educativos participativos, compartidos y vividos. Pero la
problemática de la convivencia escolar es una problemática con
múltiples facetas que necesitan ser abordadas desde muchos frentes:
educativo, familiar, informativo, cultural y social.
Aunque podemos afirmar que el clima
escolar y la convivencia en los centros educativos es
bueno,no podemos olvidar
que en algunos momentos se producen casos aislados de comportamientos
violentos en los que la Consejería de Educación actúa de manera rápida
y eficaz, consciente de que conductas de esa naturaleza no son
compatibles con una convivencia democrática ni con la naturaleza de la
institución educativa.
Es en este contexto en el que se
inserta el Plan de Convivencia, potenciar y estructurar las buenas prácticas que
se realizan actualmente en los centros educativos y a plantear en sus
diferentes líneas de actuación, acciones que responden a nuevas
demandas de la realidad educativa y del contexto socio-familiar del
alumnado.
Por ese motivo, en el plan se proponen
actuaciones dirigidas a todos los miembros de la comunidad educativa y
a todos los sectores sociales, convencidos como estamos, de que su
participación y colaboración resulta imprescindible no sólo para
encontrar solución a los problemas de convivencia que puedan surgir en
los centros educativos de Cantabria, sino también para favorecer una
cultura de la convivencia en el centro y en el conjunto de la comunidad
educativa.
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